04 septiembre 2008

LA VERGÜENZA HISTORICA

El Juez Garzon ha solicitado información sobre los desaparecidos en la guerra civil y mucha gente se ha puesto nerviosa demostrando su mala conciencia, para empezar el PP, partido que se ha negado siempre a condenar el alzamiento nacional y posterior represión, (actitud que en Alemania a cualquier partido o persona que en relación con el nazismo hubiera hecho lo mismo, les habría costado la prisión) en acto de un cinismo repugnante mientras hablaba el martes de la inoportunidad de «reabrir viejas heridas», en Valencia el Ayuntamiento del PP no tiene ningún escrúpulo en dar todas las facilidades para que la iglesia católica construya un nuevo templo dedicado los mártires de la guerra civil, eso sí, a sus mártires, esos que llevan 70 años de honores y placas conmemorativas, los otros, los jodidos rojos que sigan pudriéndose en fosas comunes, la llamada fosa número siete del Cementerio General de Valencia está llena de malas hierbas y abandonada, al Ayuntamiento de Valencia les molestan estos muertos incómodos, sin nombre, sin lapida, por eso quiere taparlos cuanto antes con nuevos nichos y que el cemento los silencie de una vez por todas, ¿esto no reabre viejas heridas?.

Leo que la iglesia católica se declara “incompetente” para cumplir la orden del Juez Garzon, otros que escurren el bulto, después de haber bendecido todos y cada uno de los actos de la dictadura sin ningún pudor, se declaran incompetentes, lo que tienen es muy poca vergüenza y ninguna caridad cristiana, en mi ignorancia me pregunto para que está la Conferencia Episcopal, ¿su única función es organizar frentes de resistencia fascistoide contra cualquier atisbo de progreso que les reste poder?, para eso si son competentes los hombres de negro.

Es una actitud que realmente me repugna, cada vez que sale el tema, toda la derecha se niega a reabrir heridas, que coño reabrir heridas, justicia es que necesitan los miles de represaliados por la dictadura y saber cuántos y quiénes fueron, lo cierto es que ante esa actitud paternalista se esconde el miedo a ser reconocidos como colaboradores del genocidio que supuso la dictadura de Franco.

La sacrosanta transición oculto mucha basura bajo la alfombra y antes que después hay que sacarla a la luz y a dios lo que es de dios y al césar lo que es del césar y que cada cual cargue con su conciencia, los descendientes de los represaliados tienen que saber donde están sus familiares, es como mínimo una obligación de cualquier Gobierno democrático, la piedra está en su tejado, esperemos la recoja y por una vez los muertos de los rojos tengan los honores y reconocimiento que se les negó y que los otros han gozado desde hace 70 años, ¡ya es hora!.

Viva la república.

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